domingo, 25 de marzo de 2012

VINCENT VAN GOGH. LA CABAÑA


Dichoso tú, que alegre en tu cabaña,
mozo y viejo espiraste el aura pura,
y te sirven de cuna y sepultura,
de paja el techo, el suelo de espadaña

En esa soledad, que libre baña
callado el sol con lumbre más segura,
la vida al día más espacio dura, 
y la hora sin voz te desengaña

No cuentas por los cónsules los años,
hacen tus calendarios tus cosechas,
pisas todo tu mundo sin engaños,
de todo lo que ignoras te aprovechas,
ni anhelas premio, ni padeces daños,
y te dilatas cuanto más te estrechas

(Francisco de Quevedo. A un amigo que retirado de la corte pasó su edad)

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